Los viajes un espacio pedagógico




Mi pasión es la educación y como enamorada de mi profesión siempre estoy buscando la forma de dejar huella en mis estudiantes, porque no se trata solo de impartir conocimientos, sino vivencias que puedan recordar toda la vida.
Entre las múltiples actividades que pueden desarrollar el pensamiento, practicar valores y experimentar vivencias educativas, mi favorita, es la de las salidas pedagógicas, porque además es un espacio lúdico.
Tengo la fortuna de trabajar en una institución donde se permite el desarrollo de estas actividades, siguiendo un plan bien estructurado y buscando la economía de los estudiantes. Aunque solo podemos realizar una por cada curso durante el año, los resultados son maravillosos. En el 2006 y 2007 se planearon y desarrollaron durante el primer semestre.
Iniciando el año se comentó a los estudiantes los lugares que se visitarían y los temas que se implementarían buscando involucrar en cada una el mayor número de áreas posibles. Durante estos meses se iniciaron consultas orientadas por las guías de trabajo propuestas como actividad previa a cada visita.
Durante la semana siguiente a la salida los estudiantes compartieron las experiencias vividas, unieron sus conocimientos adquiridos con los que aportaron los compañeros que por alguna razón no pudieron asistir, pero que consultaron en libros, revistas e Internet, para colaborar con la parte teórica. Elaboraron informes en grupos para entregarlos y algunos anexaron fotografías, grabaciones, videos y folletos recolectados.
Recuerdo algunas situaciones vividas en esos momentos, por ejemplo cuando admiraban las especies propias de los llanos en el Bioparque los Ocarros de Villavicencio, su asombro ante una anaconda cazando a las aves que le proporcionaron y la reacción de un cocodrilo, de unos 6 metros de largo, cuando uno de los guías de la Fundación Roberto Franco golpeó la reja de su estanque.
Las vivencias frente a los museos capitalinos, la arquitectura de barrios tradicionales, las experiencias interactivas en Maloka, el aprendizaje en el Jardín Botánico, las especies que presenta el Parque Nacional De La Cultura Agropecuaria PANACA, y el Parque del Café en Montenegro Quindío, el museo de la caña y el bambú, la hacienda vinícola de Casa Grajales, son momentos en que se siente el orgullo de ser colombianos y se valora el empuje de nuestras razas, personas que a pesar de las dificultades de nuestro país, demuestran que soñando, se puede llegar lejos y prestar servicios de calidad.
Recuerdo también los sentimientos que despierta visitar una de las mayores maravillas de nuestra tierra: “La Catedral de Sal de Zipaquirá” y la alegría y el deseo de conocimientos que motiva El Parque Jaime Duque.
En fin, con esas visitas desarrollamos temas que contribuyen al desarrollo Neurolingüistico de los jóvenes y les permiten dimensionar el sentido de pertenencia a nuestra patria. Viajar por Colombia vale la pena y cuando se trata de aprender sobran los lugares bellos y didácticos.

Comentarios

Jota ha dicho que…
El saber que impartir el conocimiento despierta tanta pasión, me hace confiar en cualquier persona hable conmigo, pues pienso que de cualquiera se puede aprender un poco, hasta de quien me pregunta la hora en la calle, pues esto es como hablar un poco. Ahora da mucho mas si sabemos que esta persona se dedica con tanto corazón a esto. Felicidades por tu blog, por tierra de gigantes y esa familia tan maravillosa.
Victoria ha dicho que…
Gracias por tu comentario Jhon Jairo, es bueno saber que algunas personas valoran lo que quiero expresar y estoy de acuerdo contigo: de todos se puede aprender un poco y todo lo que aprendamos nos será útil algún día.
Excelente artículo Victoria, me encanto.
En Uruguay en la educación pública no es posible por temas económicos, aunque me gustaría hacerlo.
Voy a ver si este año los alumnos llegan a juntar el dinero.
Victoria ha dicho que…
Hola Fernando
Realmente el tema del dinero nos afecta mucho, por esa razón buscamos la economía en las salidas para que la mayoría de niños o si es posible todos puedan acudir y enriquecerse culturalmente a medida que se divierten.
Gracias poir tu comentario.
Anónimo ha dicho que…
Vuelvo a estar de acuerdo contigo. Los docentes tenemos en nuestras manos la enorme pero gratificante tarea de impartir conocimientos a nuestros alumnos y tambien concuerdo en que esos conocimientos deben ser de interés para el alumnado para que no sea algo "pasajero". Si esos conocimientos se dan de una manera vivencial quedan más grabados en la mente de cada niño y cada uno lo interpretará de acuerdo a sus experiencias e intereses. Yo tuve la oportunidad de llevar a mis niños al Museo del Cacao, una empresa donde fabrican los chocolates. Ya nada más al saber que iban a una fábrica de chocolates creó en ellos una tremenda expectativa, soñaban con ese día (bueno, yo también. Lo admito). Fue una experiencia increíble, conocimos desde el origen del chocolate hasta la realización del producto final. Lo importante de esto es que se implementa estrategias donde se utilizan las inteligencias múltiples, así los alumnos y yo incorporamos significados valiosos a través de lo narrativo, lo experimental, lo estético, lo fundacional y lo lógico-matematico y estoy más que segura que jamás olvidaremos todo el proceso que lleva el cacao para convertirse en esa delicia por la cual todos nos "derretimos", además de conocer sus usos medicinales. Entonces pues, queda en nuestras manos ser creativos y desarrollar métodos y estrategias de aprendizaje menos monótonas que se adapten a la realidad social de los niños. Te felicito por tu trabajo Vicky.

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